“Soy Lola Alonso, de treintayseis”, decía el mensaje. Pensé “¿36? espera, esos son los dos primeros números del código postal de Vigo. ¡Qué gracia!” Al día siguiente, Lola y yo hablamos durante un buen rato. Bueno, hablé yo, casi sin parar, y podéis leer el resultado aquí.